El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, se ha convertido en el principal apoyo del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en el proceso de paz. En el coloquio celebrado esta semana en Madrid sobre la paz en Euskadi, Imaz no hizo ninguna referencia al plan Ibarretxe. Sin embargo, recordó el Pacto de Ajuria Enea para argumentar su posición y la de Zapatero, a favor de un final dialogado de la violencia. Imaz citó su punto décimo, que dice que si ETA da muestras inequívocas de poner fin a la violencia, el Gobierno podrá abrir un proceso de diálogo con la banda terrorista. Y recordó que la AP de Manuel Fraga firmó dicho acuerdo, con los demás partidos, en enero de 1988, y el PP refundado de Aznar lo confirmó.
Este proceso de fin dialogado del terrorismo tiene un rasgo distintivo respecto a los otros: el rechazo del primer partido de la oposición. En el otro lado tiene un mayor compromiso del PNV. Imaz dijo que lo hacia por principios éticos, pero también para romper la imagen del PNV en España como beneficiaria del terrorismo de ETA.
El guión que ofreció como salida a la crisis por la que atraviesa el proceso no se diferencia apenas del de Zapatero. En primer lugar, que el Gobierno constate el cese definitivo de la violencia etarra. Una vez cumplida esta condición, aún pendiente, el Gobierno debe iniciar el diálogo con ETA sobre sus presos. Paralelamente, los partidos vascos deben dialogar para acordar un método, calendario y bases para la normalización política. Imaz apremió al PP a que se incorpore al diálogo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de diciembre de 2006