EL EPISTOLARIO I de Juan Ramón concluye cuando éste corona su cumbre existencial al viajar a América para casarse con Zenobia Camprubí. A partir de ahí comienza el Epistolario I (Cartas a Juan Guerrero Ruiz) de Zenobia Camprubí, al cuidado de Graciela Palau de Nemes y Emilia Cortés Ibáñez. Se compilan en él las cartas de cuatro décadas a los extraordinarios Juan Guerrero Ruiz, "cónsul general de la poesía", y su esposa Ginesa. En pocos sitios como aquí se percibe que Zenobia Camprubí es antes la autora que la musa del poeta. Inteligente y generosa, activa, independiente y, sin embargo, puesta al servicio de su tarea con determinación misional, la obra de Zenobia es Juan Ramón; o mejor, el Juan Ramón "en plena tarde de áurea madurez". Comida por el cáncer y debilitada por las radiaciones, con continuos dolores y hemorragias, conmueve leer cómo Zenobia Camprubí, desentendiéndose de sí misma, se preocupa solícitamente por Juan Ramón y anhela vivir, aun en esas condiciones lamentables, un par de años más para ultimar la sala de la biblioteca, concluir una antología juanramoniana y disponer el envío de algunos materiales a la casa de Moguer. "Fuera de eso", concluye sin un adarme de sensiblería, "preferiría que nos muriéramos los dos al mismo tiempo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de diciembre de 2006