No es el contrato del siglo, pero le han salido muchos (y solventes) pretendientes. Una veintena de grandes constructoras (entre ellas FCC, Ferrovial, Dragados, Corsan, Acciona y Sacyr) pujan con importantes bajas por conseguir la reforma de las viejas terminales del aeropuerto de Madrid-Barajas, que quedaron a medio gas tras la apertura de la nueva, la T-4. Esta remodelación fue uno de los argumentos que convencieron a Spanair para que aceptase la pasada primavera quedarse en los antiguos edificios y retirar sus demandas por la concesión a Iberia y sus socios de One World de la moderna T-4. La filial española de la escandinava SAS tiene ahora una zona de facturación propia para sus vuelos a Barcelona en la primera planta de la T-3.
La T-1 va camino de especializarse en las líneas de bajo coste. Allí están instalando sus nuevas bases en Madrid las dos mayores de Europa: Ryanair (que inauguró sus vuelos en Barajas hace un par de semanas) y Easyjet, que ya volaba a la capital, pero que abrirá una base con cuatro aviones en febrero.
El ente público tiene previsto decidir en su Consejo de Administración antes de fin de año la adjudicación de las obras, que tienen un plazo de ejecución de seis meses. En la remodelación de la T-1 y la T-2, tanto el interior como el exterior, AENA está dispuesta a gastarse 51,17 millones de euros, pero probablemente las obras le costarán mucho menos, habida cuenta de las importantes rebajas económicas (de hasta el 36%) que han ofrecido las constructoras para llevarse la adjudicación.
El contrato se ha dividido en tres partes: a la reforma de la antigua terminal de vuelos internacionales, valorada de salida en 29 millones, se han presentado 21 empresas, con rebajas de entre el 14% y el 36%. La oferta económica proporciona la mitad de los puntos y la otra mitad, la propuesta técnica.
La obra de la T-2 salía por un precio de 15,4 millones, que las 22 empresas que se han presentado ofrecen realizar por entre un 10% y un 35% menos dinero. El tercer contrato, por el que han pujado 23 compañías, propone remodelar el exterior del viejo aeropuerto por 6,7 millones, un precio sobre el que las bajas fluctúan entre el 3% y el 35%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de diciembre de 2006