El capitán de la Guardia Civil Julián Solórzano dice que el puerto de Barcelona es "la madre del cordero". Traducido: que es la principal vía de entrada de droga en Cataluña y de todo tipo de productos que llegan de forma irregular. Un ejemplo: en 2005, la Guardia Civil decomisó dos millones de cajetillas de tabaco.
Por razones de eficacia, se efectúan pocos registros directos de la mercancía. Pero hay otra manera de descubrir estupefacientes: la investigación. Los 10 agentes del instituto armado dedicados a investigación en el puerto analizan toda la documentación, cruzan datos y están ojo avizor ante cualquier sospecha: facturas, números de teléfono, países de origen... "Si una mercancía viene de zonas calientes, es más probable que la revisemos", explica Solórzano. Otras veces se trata de buscar alguna incongruencia: "Si el domicilio de la empresa resulta que es un piso".
Pero las redes de narcotraficantes también tienen sus estrategias. Por ejemplo, hacen escalas en sus recorridos. "A veces llevan la droga de Suramérica a África para hacerla pasar por mercancía de ese continente", explica el experimentado sargento Francisco Gómez.
Este año, la Guardia Civil ha realizado una aprehensión de droga. La empresa mafiosa había situado el material en un doble fondo. La pista la dio un solo detalle: "Uno de los narcos tenía demasiado interés en saber cuándo llegaba la mercancía. A veces les pillamos por cosas como esa", añade el capitán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de diciembre de 2006