El hecho de que el proyecto de ley de Horarios Comerciales llegase ayer al pleno del Parlamento sin enmiendas y fuese aprobado por unanimidad de las tres formaciones políticas representadas en la Cámara no evitó un intercambio de reproches entre nacionalistas y socialistas, de un lado, y populares del otro.
El portavoz del BNG, Fernando Blanco, recordó la "puesta en escena tremebunda" con la que el PP defendió una enmienda a la totalidad del proyecto de ley el pasado mes de octubre diciendo que la iniciativa no cumplía con las expectativas del sector "ni por el forro". Y la contrapuso al consenso alcanzado entre todos los grupos después de aprobar algunas modificaciones, sólo tres de las cuales, dijo, tienen carácter sustancial.
José Manuel Gallego Lomba, en nombre del PSdeG, también reprochó la presentación de la enmienda a la totalidad y acusó al PP de haber actuado sin contar con el sector.
Enmiendas aceptadas
El portavoz del PP, Ángel Bernardo Tahoces, atribuyó a las enmiendas de su grupo -cinco de las cuales fueron aceptadas y otras cinco transaccionadas- las mejoras introducidas en el proyecto de ley, especialmente en materia de conciliación de la vida laboral y familiar. Y subrayó que, tal y como había sido presentado, el proyecto original era incompatible con la Constitución.
Tahoces reivindicó haber hablado con el sector para presentar las enmiendas de su grupo y subrayó haber tenido "una respuesta magnífica". "Ojalá el acuerdo alcanzado", concluyó el portavoz popular, "sea el principio rector del trabajo en el Parlamento".
El conselleiro de Innovación e Industria, Fernando Blanco, cerró el debate agradeciendo la aportación de todos los grupos parlamentarios, incluido el del Partido Popular, porque tuvo que "desandar" el camino que había emprendido con su enmienda a la totalidad. En todo caso, subrayó, será el propio sector el que al final "dé a cada uno lo suyo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de diciembre de 2006