Los padres que presuntamente agredieron y amenazaron a dos profesoras y a una conserje del CEIP Eduard Marquina de Barcelona, declararon ayer en un juzgado de esta ciudad acusados de un supuesto delito de atentado y negaron casi todos los hechos. Fuentes judiciales explicaron que solamente la madre del alumno reconoció que había empujado a la docente y que si lo hizo fue porque aquella no le permitía dejar en clase a su hijo.
Según su relato, mantuvieron una discusión verbal con los docentes, si bien éstos aseguran que, en el caso de la conserje se la amenazó de muerte a ella y a su hijo. Al parecer, ni la madre ni el padre llevaban al hijo habitualmente al colegio porque les era incompatible con sus ocupaciones, si bien a primeros de noviembre acudieron a la escuela y se produjeron los hechos cuando exigían que a su hijo, que cursa educación infantil, le permitieran entrar una hora antes del horario establecido. Para eso debía abonar cinco euros y la madre se había negado a hacerlo desde hacía semanas, explicaron fuentes judiciales.
Es el primer caso de este tipo que se tramita como delito de atentado, después de la circular que cursó el entonces fiscal jefe de Cataluña, José María Mena.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de diciembre de 2006