El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, optó ayer por ignorar la decisión de Bruselas y reclamar en Sevilla los trasvases previstos por el Gobierno de José María Aznar en el anterior Plan Hidrológico Nacional. Camps argumentó que "los trasvases son proyectos de solidaridad entre los españoles y paralizarlos rompe la unión y el proyecto nacional". En este contexto, Camps aseguró que el Gobierno valenciano "no admitirá la derogación del trasvase del Tajo al Segura y continuará con la reivindicación constante del trasvase del Ebro y del Júcar al Vinalopó". Durante su estancia en Sevilla, donde alternó actos de partido con otros institucionales, Camps reivindicó el Plan Hidrológico Nacional aprobado durante el gobierno de José María Aznar, modificado tras la llegada al poder de José Luis Rodríguez Zapatero.
El jefe del Consell insistió en que el PHN es un proyecto "hídrico, coherente y amplio para todos los españoles y que fue apoyado por los regantes de toda España para intentar ordenar la cuestión hídrica de la mejor manera posible".
En sus declaraciones, Camps no hizo referencia alguna a la decisión de la Comisión Europea de avalar el cambio de trazado del trasvase Júcar-Vinalopó y subvencionar las obras con algo más de 120 millones de euros.
Desde el Partido Popular de la Comunidad Valenciana también se preferió ignorar la cuestión y no valorar una decisión que consolida el cambio de trazado. El PP y el Consell han manifestado en reiteradas ocasiones que el cambio de trazado del trasvase para un máximo de 80 hectómetros cúbicos anuales era una argucia del Gobierno socialista para no ejecutar una infraestructura necesaria para paliar el déficit hídrico de buena parte de la provincia de Alicante.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de diciembre de 2006