Y a lo que parece no será la última. Después de años remoloneando, no sabemos si por flojedad o pereza, aunque sin duda por no renegar de unos criterios afrancesados en lo que a la culinaria se refiere, los que a esto se dedican han reconocido al restaurante El Poblet de Dénia la segunda estrella de las que proporciona la Guía Michelin, permitiendo, de este modo, su inclusión en la lista de los consagrados.
Y esta consagración, pese a quien pese, tiene virtudes balsámicas; mediante ella no es seguro el ascenso a los cielos, pero sí es presumible que aquellos que luchan para alcanzar el éxito con una gastronomía arriesgada, moderna, de calidad incuestionable, pero en ocasiones de difícil comprensión para los no iniciados, se verán reconfortados en su tesorería y podrán, a golpe de nuevos clientes, perseverar en sus esfuerzos y quizás lograr sus fines.
Es difícil para quien se relame con las pesadas salsas o sueña con los bárbaros codillos aventurarse en una cocina como aquella que realiza Quique Dacosta, que puede dar sabor a los arroces mediante el destilado -con alambique incluido- de las más graciosas algas o cubrir las ostras con salsa de titanio, para que no las levante el viento. Pero merece la pena la experiencia; en todo caso, siempre se puede volver al redil de la cocina de la abuela después de haberse sorprendido alabando un cubalibre de foie o extasiándose ante sutiles velos de albahaca.
Por otra parte, los inspectores de la Guía Michelin han encontrado en Elche al restaurante La Finca, al que le han concedido una estrella. Con algunos años de antigüedad, La Finca se esfuerza en no perder el ritmo de los tiempos, dando a las carnes y pescados, a los crustáceos y demás bondades para el paladar el justo tratamiento, aquel que los enaltece y sublima, eso sí, sin hacerles perder un ápice de sus naturales virtudes. Regentado por José María García y presidido por la cocinera Susi Díaz, el amplio y moderno local nos invita a una visita y una nada frugal colación acorde con el mercado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de diciembre de 2006