Como usuaria de la "económica" tarifa nocturna debo puntualizar una información aparecida en su periódico el día 18 de diciembre, en la sección de Economía.
La tarifa nocturna no comienza a las nueve de la noche y mucho menos termina a las once de la mañana. Ojalá fuese así ya que tendríamos muchas más facilidades para ser usuarios de dicha tarificación. La triste realidad es que en invierno el tramo horario es de once de la noche a siete de la mañana y en verano de las doce de la noche a las ocho de la mañana. ¿Queda claro por qué tan poca gente hace uso de la tarifa nocturna? A una la obligan a poner lavadoras, planchar, cocinar, etcétera, a partir de las once o doce de la noche, o también tenemos la magnífica opción de pegarnos unos madrugones para terminar la tarea antes de las siete o las ocho de la mañana; y luego quieren que ahorremos, qué risa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de diciembre de 2006