Nadie como Francesco Tavano, de 27 años, ha simbolizado la guerra entre el entrenador del Valencia, Quique Flores, y el director deportivo, Amedeo Carboni. Contratado por el italiano al Émpoli por 10 millones de euros -la misma cantidad por la que se vendió a Aimar al Zaragoza-, el delantero llegó a Mestalla con la fama de goleador reputado en el calcio: 38 goles en las dos últimas temporadas y la mirada atenta del seleccionador, Marcelo Lippi, que pensó incluso convocarlo para el Mundial de Alemania. Según Carboni, se trataba de un delantero rápido y gran rematador. Según Quique, carece de carácter competitivo y de cualquier sentido táctico, y sufre un miedo escénico que le inhabilita para el fútbol de alto nivel. Cuatro meses después de su llegada, el club lo cedió ayer al Roma hasta final de temporada con una opción de compra de ocho millones. El club que entrena Luciano Spalletti pagará su ficha hasta final de temporada.
La hoja de servicios del jugador aparece casi inmaculada: 40 minutos de juego en la Liga, repartidos en tres encuentros; 70 en la Copa del Rey contra el Portuense; y 106 en la Liga de Campeones, 90 de ellos como titular en el intranscendente partido ante el Roma, su próximo destino. Quique le dio entonces una oportunidad y el jugador dio la razón a su ostracismo con una actuación calamitosa. Tavano, claro, no ha marcado ningún gol, por mucho que el presidente, Juan Soler, lo calificara hace unos días como "una figura del fútbol europeo". El delantero se convirtió además en un punto de choque entre Quique y Carboni, enfrentados personalmente.
El director deportivo, mientras, espera contratar para la próxima temporada a Timo Hikdebrand, portero del Stuttgart, de 27 años, y tercer meta de la selección alemana. Hikdebrand acaba contrato el próximo verano y el Valencia acelera la operación para asegurarse en enero su incorporación. Su fichaje puede suponer otro enfrentamiento de Carboni con Quique, que aseguró que cuenta con Cañizares y Butelle para la próxima temporada y no quiere ceder al portero francés, como sí pretende Carboni. La guerra, pese a la mejoría deportiva del equipo, continúa.
Por otra parte, el Valencia redujo ayer su consejo de administración de 12 a 10 consejeros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de diciembre de 2006