En la mañana de Navidad y como marca la tradición, los líderes de los principales partidos rindieron homenaje al que fue presidente de la Generalitat entre 1931 y 1933, Francesc Macià. El presidente de la Generalitat, José Montilla, que acudió al cementerio de Montjuïc acompañado por el vicepresidente Josep Lluís Carod Rovira y el consejero de Interior y Relaciones Institucionales, Joan Saura, destacó que Macià fue un "símbolo político" de la Cataluña democráctica. En un breve discurso ante la tumba del presidente fallecido ahora hace 73 años, Montilla recordó los valores de Macià y, junto a sus socios en el Gobierno, realizó la ofrenda floral. Después, un grupo de cámara interpretó el Cant dels ocells, de Pau Casals.
Antes del homenaje del Gobierno acudió al cementerio barcelonés el líder de la oposición, Artur Mas, quien aprovechó para solicitar un rápido desarrollo del Estatuto y, de paso, poner en duda la capacidad de Montilla para llevarlo a cabo.
También participó en los homenajes de la mañana el presidente del Parlament, el republicano Ernest Benach. Éste reivindicó la dimensión social de Macià, uno de los padres del catalanismo político. "Macià tenía una gran capacidad para saber qué quería la gente, aquel concepto emblemático de la casita y el huerto. Hoy sería interesante tener en cuenta que quería decir esto. O sea, profundizar en el bienestar que quiere la gente", dijo Benach. El presidente del Parlament recordó también que si Macià permanece en el recuerdo de los catalanes es porque fue un político "muy querido por el pueblo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de diciembre de 2006