Hace unos días, cerca de las nueve de la noche, recibí la llamada de una comercial de Telefónica que me indicaba que, a partir del 1 de febrero de 2007, Telefónica me bajaba el precio de mi línea telefónica y me ampliaba la línea ADSL de uno a tres megabites y tenía cobertura de 72 canales de televisión. Indiqué a la operadora que no estaba interesado y que quería mantener mi servicio tal y como está. Ella seguía empeñada en que "eso eran lentejas", que el 1 de febrero, quisiera o no, Telefónica me iba a colocar esa "maravillosa oferta".
Solicité hablar con un supervisor y tras unos segundos de silencio, me indicó que entonces, la "oferta sería que me subirían 1 euro en la tarifa del ADSL para pasar de uno a tres megabites". Le dije que yo no había pedido cambio alguno de tarifas y que no quería esas ofertas.
Pero ella no cejaba en el empeño, así que corté la comunicación. Cinco minutos después me volvió a llamar para indicarme que me lo pensara y que ya me llamaría pasados unos días.
¿Puede Telefónica imponerme un contrato que yo no he pedido?Me gustaría que alguien me comunicara cómo puedo defenderme de esta agresión telefónica.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de diciembre de 2006