La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, (PP) montó en cólera el pasado julio cuando el INE hizo público su avance del padrón 2006. Según aquellos datos, Madrid tenía a 1 de enero de este año decenas de miles de inmigrantes menos que doce meses antes: un 11% de descenso de población extranjera.
Lucía Figar, consejera de Inmigración, afirmó que ese dato era "insostenible", que cualquiera podía ver que en la región hay cada día más inmigrantes y no menos, y que era obvio que el Gobierno central manipulaba las cifras "para perjudicar a Madrid", porque, a menos población, menos subvenciones del Estado.
El grueso de los inmigrantes desaparecidos lo era por una disposición legal aprobada en 2003 (cuando gobernaba el PP) que obliga a los extranjeros a renovar el padrón cada dos años. El Ayuntamiento de Madrid logró que el INE le diera un plazo para rescatar a inmigrantes y españoles despistados, y en noviembre anunció que, sólo en la capital, se habían recuperado 93.000 personas para el padrón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de diciembre de 2006