Como es tradicional, y pese a la lluvia, Lula llegó al Congreso en un Rolls Royce Silver Wraith sin capota, que dejó de fabricarse en 1958 y que la reina Isabel II de Inglaterra donó al Gobierno brasileño en 1953.
Lula, de traje azul, camisa blanca y corbata roja, recorrió el último tramo del camino hasta el Congreso de pie en el Rolls Royce, acompañado por la primera dama, Marisa, que lucía un elegante vestido amarillo.
Detrás, y también de pie pero en un Ford modelo 1929, le seguían el vicepresidente José Alencar y esposa, Mariza Gomes. Los vehículos fueron flanqueados por soldados a caballo de los Dragones de la Independencia, un regimiento histórico que se ocupa de la custodia de la Presidencia.
El paso de la caravana fue saludado con entusiasmo y banderas rojas del PT por los militantes reunidos en la Explanada de los Ministerios, una amplia avenida de Brasilia.
La ceremonia, ante 10.000 asistentes, contrastó con la investidura de Lula el 1 de enero del 2003, cuando, también bajo la lluvia, se concentraron en la misma avenida casi 500.000 personas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de enero de 2007