El 2007 es año electoral y eso significa una cosa: inauguraciones. Ayer fue el turno de la plaza de las Comendadoras y de un tramo de la calle de Fuencarral, ambas en el distrito de Centro. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, estrenó ambas zonas urbanas, cuya reforma calificó como una "operación de cirugía estética para que los vecinos se sientan más cómodos" y tengan amplias zonas donde poder pasear "como ocurre en los barrios residenciales de las afueras". Para lograrlo, el Ayuntamiento se ha gastado 1,4 millones para reducir de cinco a dos carriles, uno en cada sentido, de la calle de Fuencarral, en el tramo comprendido entre las glorietas de Quevedo y Bilbao. Además, la acera ha cobrado protagonismo al ampliarse hasta casi diez metros, la parte de los números impares, gracias a la reducción de la calzada. De este modo se ha ganado espacio para los vecinos en detrimento de los coches, destacó Gallardón.
Los trabajos se prolongaron durante seis meses. La remodelación de Fuencarral ha afectado a una superficie de 18.094 metros cuadrados. En este tramo de la vía se han instalado bandas para carga y descarga para evitar la doble fila. Y se ha creado un área especial de juegos infantiles. También se ha instalado una pérgola para crear una zona con sombra. Y colocado medio centenar de bancos y nuevas farolas, así como 24 nuevos árboles (olmos y acacias del Japón).
El alcalde, también, inauguró la plaza de las Comendadoras. Este espacio es originario del siglo XVII, y estaba ligado al convento homónimo de la orden de Santiago que durante dos siglos fue utilizado como aparcamiento de carruajes, según recordó Gallardón. El Ayuntamiento ha destinado 200.000 euros para reformar esta plaza, que ahora cuenta con un área infantil, otra de uso descanso y una tercera concebida como parque para mayores. Los trabajos de remodelación han tratado de recuperar elementos históricos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de enero de 2007