¿Qué habría ocurrido si Sadam Husein, el coronel Gaddafi en su época de proscrito internacional, el actual presidente de Irán o alguno de los jerarcas de la antigua Unión Soviética, hubiesen ordenado a sus servicios secretos que secuestrasen a cientos de personas en Europa y los trasladaran a cárceles secretas en países donde el respeto a los derechos humanos es una utopía para que fuesen torturados y retenidos sine díe?
¿Cuál hubiese sido la reacción de aquellos países europeos en cuyos aeropuertos hicieron escala los aviones de esos servicios secretos con los secuestrados a bordo? Y, por último, ¿feliz 2007 para quién.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de enero de 2007