Artur Mas estampó su firma ante notario para comprometerse a que nunca establecería, en caso de ganar las elecciones en Cataluña, un pacto estable con el Partido Popular en el Parlament. Una promesa que quedó en suspenso al verse relegado a la oposición. Ayer abrió la puerta a futuros acuerdos con los populares en el Gobierno central, pero con condiciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de enero de 2007