La posible desaparición del Instituto de Estudios Económicos de Galicia Pedro Barrié de la Maza (IEEGPBM) es una muy mala noticia. Por todo lo que ha hecho hasta el momento. Y por todo lo que resta por hacer en un país como Galicia.
Conducido por la sabia mano de Guillermo de la Dehesa y de un consejo científico excelso y plural, el IEEGPBM ha patrocinado docenas de investigaciones sobre los problemas económicos de Galicia y divulgado las propuestas de solución que en ellas se hacían; ha estado siempre dispuesto a publicar papeles y documentos respetando y apoyando la independencia científica; y ha organizado seminarios y ciclos de conferencias de calidad internacional, acercando a Galicia a premios Nobel, como Mundell, o serios candidatos a serlo, como Krugman.
Desde otra perspectiva, el IEEGPBM ha sido ejemplo de construcción de capital social y de redes de excelencia. Conocedor de las carencias de Galicia en términos de ese capital social y consciente de los escasos espacios para el debate libre y plural, debo disentir de quien pueda crear que el Instituto sobra, o que puede ser sustituido por otras organizaciones. Máxime en un tiempo de cambios como el que estamos viviendo en esta tierra, con numerosas políticas públicas necesitadas de revisión, y en el que el conocimiento se convierte en el mejor aliado para acelerar el progreso económico y social.
Desde el mayor respeto a una institución que tanto hace por Galicia como es la Fundación Barrié de la Maza, creo que infraestima el enorme valor de su Instituto y la plena vigencia de su labor. No sé si sería necesario someterlo a algún tipo de reforma para mejorar, si es posible, su funcionamiento. Pero no me cabe duda de que su cierre sería una pérdida irreparable.
En cuanto a Guillermo de la Dehesa, parece que no hace falta que mente aquí el espléndido trabajo que ha desarrollado en Galicia en las últimas dos décadas, como ejecutivo, analista y constructor de redes sociales. Sea en el seno del propio instituto o en otros foros en los que podría desempeñar un papel muy relevante, como la Fundación para a Sociedade do Coñecemento, deberíamos asegurarnos de mantenerlo vinculado a Galicia. Por nuestro propio interés.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de enero de 2007