Supongo que hace unos años, los fabricantes de navegadores GPS para coche solicitarían un permiso de comercialización a "algún ministerio" para convertir, años después, este producto en un superventas navideño.
Con el sabor del turrón todavía en el paladar, surge un estudio de un instituto de seguridad vial (véase aseguradora de coches) que afirma que el uso de dicho dispositivo es peligroso y que no debe ser orientado hacia el conductor o mantenerlo apagado cuando se conduce.
Sin cuestionar la peligrosidad del dispositivo en cuestión a la hora de distraer a los conductores, yo me pregunto... ¿llegará "algún otro ministerio" a prohibir el uso de dicho navegador en la forma y modo en la que el 99% de los compradores de este producto superventas lo utilizan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de enero de 2007