Las derrotas pesan bastante más de lo que suponen en puntos contantes y sonantes. Los tropezones recientes han traído pensamientos grises en las mentes de los sevillistas. El temor a que los contrarios hayan aprendido a jugarles, que ya se sepa cómo desmontar su sistema de juego, comprime a los de Nervión justo cuando lo que más necesitan es inventar, arriesgar. Ayer salió vivo de su enfrentamiento con el Rayo y pasa ronda en la Copa, pero se sigue extrañando al conjunto cuyo juego enamoraba.
El partido comenzó con el Rayo enchufado y el Sevilla empanado. Pepe Mel repitió algunas de las claves que manejó el Mallorca en su victoria en el Sánchez Pizjuán de la pasada jornada liguera: presión a la salida del balón desde el terreno contrario y en las bandas, defensa adelantada y trabajo a destajo de los centrales con orden de seguir a los puntas hasta el centro del campo si fuera necesario para dejar así que los centrocampistas se dediquen a cortar o, al menos, dificultar los pases interiores. Parece sencillo, pero hay que hacerlo. Y el Rayo lo hizo de maravilla en la primera mitad.
SEVILLA 3 - RAYO VALLECANO 1
Sevilla: Cobeño; Alves, Aitor Ocio, Dragutinovic, David (Duda, m. 65); Adriano (Kanouté, m. 46), Martí, Maresca (Renato, m. 65), Puerta; Alfaro y Kerzhakov. No utilizados: Palop; y Hinkel.
Rayo Vallecano: Alberto; Coke (Torres, m. 77), Mainz, Amaya, Llorens; Cubillo (Zazo, m. 49), Enguix (Armentano, m. 80); Albiol, Michel, Collantes; y Mauri. No utilizados: Juan Carlos; y Baquero.
Goles: 1-0. M. 17. Alfaro aprovecha un rechace en el área para marcar a placer. 1-1. M. 23. Mauri, roba el balón en el centro del campo, se planta en el área y bate a Cobeño con un tiro raso. 2-1. M. 69. Kanouté, de cabeza. 3-1. M. 85. Alfaro, fusila desde dentro del área.
Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Cubillo, Collantes, Alves y Mainz.
Unos 25.000 espectadores.
Los de Mel se plantaron en el área sevillista por dos veces en los primeros cinco minutos, aunque culminaron sus arreones con dos disparos malos y precipitados. El Sevilla reaccionó lo justo y en la primera jugada a velocidad de Primera, Maresca y Puerta abrieron la banda izquierda, el italiano centró al área y, en una jugada aturullada, Alfaro acabó empujándola a gol. Los de Juande volvieron a la tensión de nivel de pachanga. Tanto que Mauri les robó la cartera a Adriano y Aitor Ocio en el centro del campo y corrió y corrió hasta el área de Cobeño al que batió con un chut muy pegado al palo.
La sensación de que el contrincante les estaba leyendo la mente regresó y el juego sevillista languideció hasta reducirse al peligro de los saques de falta a la olla de Alves y los pelotazos al hueco en busca de Kerzhakov. El ruso se peleó por el balón con todo quisque y llegó a marcar, aunque le anularon el tanto por fuera de juego.
En la segunda parte salió el Sevilla como debía de haberlo hecho desde el principio, y con Kanouté; recuperó el centro del campo y metió a los rayistas en su área. Collantes se aprovechó de que la cabeza de los sevillistas estaba fijada en el ataque, se hizo con una pelota en la banda y su carrera acabó con un disparo cruzado que se le fue por poco. Y habría sido gol si hubiese visto a su compañero Mauri, solo en el otro pico del área.
Juande Ramos decidió sacar a lo mejor que le quedaba en el banquillo y su equipo se volcó al ataque dirigido por Renato. Lejos, sin embargo, de la brillantez con la que solía. Una brillante jugada de Kanouté finalizada con un pepinazo a bocajarro de Alfaro acabó con el partido y con la eliminatoria, definitivamente a favor de los sevillistas. Lo que no logró fue acabar con las dudas sobre el juego del equipo que mejor venía haciéndolo este curso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de enero de 2007