Mercedes Villarejo, de 67 años, levanta la vista hacia las enormes torres metálicas construidas para sujetar las redes del campo de prácticas de golf y suelta: "Esto es igualito que un campo de petróleo". Por esa "falta de estética" y porque el proyecto le parece "una monstruosidad", esta mujer acudió ayer a la manifestación convocada junto a la estatua de Rizal (Chamberí).
En el otro límite de edad, los quinceañeros Eduardo, Laura y Patricia, alumnos del instituto Isidoro de Sevilla, calificaron las obras que está haciendo el Gobierno regional como algo que "no es digno de políticos". Ellos se enteraron de la construcción del campo de golf "porque nos lo contó un amigo por el messenger". A su lado, Olga y Juan Ramón, de 22 y 38 años y vecinos de la calle de Guzmán el Bueno, se quejaron de que en la zona "hay muy pocos parques y tampoco tenemos piscinas cubiertas".
Con los vecinos anónimos, se mezclaron residentes famosos del barrio, como el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares. "Yo jugaba con mi hija en este parque, lo cerraron y ahora me encuentro con que van a hacer un campo de golf... Esto tiene de interés general lo que yo de general", criticó Llamazares.
La pareja formada por los escritores Almudena Grandes y Luis García Montero acudió también a la protesta con su hija Elisa, que estudia en el colegio público Rufino Blanco. La niña llevaba una pancarta que decía: "Queremos parque, el golf a otra parte". "Un campo de golf en el centro de Madrid es un delirio", denunció Grandes, silbato en mano.
Entre los manifestantes había muchísimos niños, que al salir del colegio se acercaron con sus padres a la protesta. Los críos, los más afectados por la falta de zonas verdes, empapelaron con papel de embalar la base de la estatua de Rizal y dejaron escrito: "Y ahora, ¿dónde vamos a jugar?".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de enero de 2007