Estando próximas las elecciones municipales en nuestro país, al Partido Popular no le interesa mucho, más bien nada, que se hable de los escándalos urbanísticos. Prefiere que se hable, se debata y se divida la sociedad en torno a los temas de ETA y el terrorismo. Pero no podemos ser tan ingenuos, sobre todo la clase periodística, de estar todos los días con debates, mesas de opinión y editoriales en torno al terrorismo, tratando a los dos partidos mayoritarios al 50% en su responsabilidad. Esto es una tremenda injusticia. El terrorismo, por su efecto de temor en la sociedad, puede influir en favorecer el voto a las opciones del Partido Popular; de ahí su manipulación demagógica de este tema con el todo vale: insultos, descalificaciones y falta de respeto al presidente del Gobierno de nuestro país y sobre todo -porque en democracia esto es lo más importante- a los millones de ciudadanos que con sus votos le respaldan.
Se escuchan muchas opiniones sobre los pretendidos errores del presidente Zapatero. Deberíamos reflexionar un poco más sobre las dificultades y trabas de dicho proceso. También se dice que no fue una buena idea el pleno del Congreso. En dicho pleno se escuchó lo más hermoso y aleccionador que en política debería darse; fue la intervención y el trato que se dieron entre el representante del PNV y el presidente Zapatero, teniendo en cuenta, sobre todo, que sus opiniones sobre el tema no son coincidentes. Fue gratificante. Lástima que la mayoría de parlamentarios del Partido Popular hubieran abandonado sus escaños y no pudieran verlo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de enero de 2007