La mujer salvaje, que pasó 18 años en la jungla camboyana y fue encontrada la semana pasada, ha empezado a interactuar, a fijar la mirada y a mostrar emociones tras una primera sesión con el psicólogo español Héctor Rifá. El psicólogo de la Universidad de Oviedo, que ha pasado 24 horas con la familia en su casa del poblado de Oyadao, dijo ayer que la joven "balbucea palabras, aunque no se la entiende, y fija la mirada de vez en cuando, cuando antes la rehuía". "Le he arrancado hasta alguna sonrisa", aseguró Rifá, que emprendió ayer viaje de regreso a Phnom Penh, la capital camboyana, con la idea de repetir dentro de una semana la sesión con la mujer, que se perdió en la jungla cuando tenía unos 10 años.
En su primer encuentro, el psicólogo le ha hecho varias pruebas, utilizando objetos como un espejo y dos osos de peluche, "con los que durmió abrazada esta noche", según explicó. "Primero se tuvo que conocer [ante el espejo]. Balbuceaba sola y luego me metí yo en el reflejo y se estableció un vínculo. Se trata de romper el aislamiento, haces gestos y ella te copia", señaló el psicólogo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de enero de 2007