Beau soir (Tarde hermosa), de Debussy, fue una de las 37 canciones con las que obsequiaron el barítono Simon Keenlyside y el pianista Julius Drake a los incondicionales del XIII Ciclo de Lied del teatro de la Zarzuela. Y, en efecto, fue una tarde hermosa de canto y generosidad. En total, 37 canciones, una pasada. La presentación del barítono londinense como liederista ha superado las expectativas más optimistas. El timbre de voz es bello. Su fraseo es nítido. En determinados momentos acentúa la expresividad y la comunicación alcanza cotas casi operísticas. Drake estuvo inconmensurable desde el teclado. Juntos, ascendieron los 39, perdón, 37 escalones de la velada con gran compenetración, y con un sentido musical y liederístico dignos de admiración.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de enero de 2007