La propuesta de unas nuevas bases para una verdadera ética de la ciudadanía, fundamentada no sólo en los argumentos y la racionalidad, sino en una "educación cordial", que aúne la inteligencia, los sentimientos y el coraje, permitió ayer a Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, alzarse con el XIII Premio Internacional de Ensayo Jovellanos (18.000 euros), fallado en Gijón y que anualmente concede la editorial Nobel, de Oviedo. La obra galardonada, Ética de la razón cordial, postula una educación de los sentimientos para que los valores morales y éticos calen y arraiguen en los ciudadanos. La autora fundamenta la "ética de la ciudadanía o de la razón cordial" en la compasión hacia los sentimientos de los demás.
A partir del principio de que "conocemos la verdad, no sólo por la razón, sino también por el corazón" (aludiendo a Pascal)Cortina acude al origen etimológico de la palabra corazón (cor cordis, que significa al mismo tiempo sentimiento, inteligencia y estómago) y asevera que es sobre esa triada sobre la que cabe construir una verdadera ética: "Hay que unir inteligencia y sentimiento, pero también estómago, porque se necesita coraje y arrojo para hacer bien las cosas", declaró ayer la autora desde Valencia. "Para ser un buen ciudadano", explica Cortina, "hay que tener buen corazón, es decir, hay que tener capacidad de estimar los valores, de compadecer y de argumentar".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de enero de 2007