Estas cosas pasan "cuando uno llega a viejo", bromeó Isaac Díaz Pardo al llegar al paraninfo de la Universidad da Coruña para su investidura como doctor honoris causa. Un nombramiento que cierra una semana de homenajes al octogenario intelectual. Éste lo acogió con humor, pero también con la humildad de pedir que sea un reconocimiento no a su figura, sino al conjunto de "maestros" que con él crearon el Laboratorio de Formas de Sargadelos, "una obra que no sólo fue la labor que desarrolló, sino todo un movimiento social" de la historia de Galicia.
"No quiero beneficiarme de esa empresa y llevarme ahora todos los méritos por el simple hecho de ser el único que aún está en vida", destacó en su discurso ante un auditorio repleto de autoridades y representantes de todos los estamentos de la sociedad gallega, incluidos el presidente y el vicepresidente de la Xunta y varios conselleiros.
Hace ya siete años que la Universidad coruñesa empezó a tramitar el nombramiento de Díaz Pardo, recordó su padrino en este acto, el profesor José María Dobarro, quien desgranó durante 45 minutos todas las obras y acciones del nuevo doctor universitario. "Un muy largo discurso, y hasta dudé de si dos o tres cosas que me atribuye son realmente mías", bromeó el homenajeado. "Mi único mérito responde a los años en los que vi pasar mucha agua y acontecimientos, con una conducta, la de ser solidario, siempre leal a Galicia y las causas justas".
Al reivindicar el doctorado honoris causas para la labor colectiva que fue el Laboratorio de Formas, Díaz Pardo no desperdició la ocasión de criticar "la ruindad y el oportunismo" que puso piedras en el camino a aquella gran iniciativa de "maestros" e impidió "que llegase a ser más de lo fue".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de enero de 2007