El portavoz de uno de ellos, Yihad Islámica, manifestó que la intención del ataque era poner fin a los enfrentamientos entre Al Fatah y Hamás y "dirigir las armas contra las fuerzas de ocupación israelíes". El mensaje no tuvo ningún efecto y los choques entre las milicias palestinas continuaron ayer por cuarto día consecutivo, con cinco muertos más.
El Gobierno israelí reaccionó ayer con contención ante el nuevo atentado, si bien advirtió por boca del primer ministro, Ehud Olmert, que "seguirá luchando sin descanso contra los terroristas".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de enero de 2007