El año 2005 marcó un hito en la oncología española. Por primera vez desde que hay registros, los fallecimientos por cáncer disminuyeron: pasaron de 100.485 en 2004 a 100.189 en 2005, un 0,29% menos. El reparto de esta disminución entre sexos fue muy desigual: casi toda corresponde a los hombres (284 defunciones menos que en 2004, frente a 12 entre las mujeres), según los datos que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE). El envejecimiento hizo, sin embargo, que las muertes por todas las causas subieran el 4,15%, el doble que la población (un 2,11%).
Con la disminución en las defunciones debidas a tumores España se suma a otros países, como Estados Unidos, en los que el avance de la medicina y las campañas por una vida más saludable, como la lucha contra el tabaco, empiezan a dar sus frutos.
El cáncer es la segunda causa de fallecimientos, por detrás de las enfermedades cardiovasculares (126.862), y por delante de las del sistema respiratorio (47.054). Precisamente estas últimas fueron las que más aumentaron proporcionalmente, un 29%, lo que el INE atribuye a la dureza del invierno 2004-2005, con su consecuente efecto en la gripe (que causó directamente 543 decesos, según la información de los partes de defunción que maneja el INE) y otras patologías asociadas. Por eso enero, febrero y marzo fueron, por este orden, los meses en los que hubo más muertes.
Más melanomas
Entre los tipos de tumores, aquel cuya mortalidad descendió más (un 4,15%) es el de esófago. En cambio, aumentaron más de un 10% los fallecimientos por síndrome mielodisplásico -un cáncer con poca incidencia-, los tumores benignos, los de vías urinarias, y el melanoma maligno de piel -debido a la exposición sin control al sol y los rayos UVA.
Si se toma la variación más a largo plazo, entre 2000 y 2005 -con lo que se evitan factores estacionales, como que un año se dé una ola de calor o de frío-, el número de defunciones se mantiene casi constante, con un aumento del 0,66%. En términos relativos (comparado con la población), esta subida debe interpretarse en realidad como un descenso, ya que el número de habitantes a 1 de enero, según las cifras del padrón, creció en ese periodo un 3,26%.
La inmigración, causa primera del aumento de población en los últimos cinco años, ha actuado en este caso como un factor saludable: el número de personas aumenta, pero como son por lo general jóvenes y sanos, llega a enjugar el envejecimiento autóctono.
Todas las comunidades menos Madrid y Canarias experimentaron en 2005 un aumento de las tasas de mortalidad, lo que indica que el envejecimiento empieza a contrarrestar el efecto saludable de la entrada de extranjeros jóvenes y sanos de años anteriores.
Otras muertes que han crecido mucho son las debidas a la enfermedad de Alzheimer (un 37% más), diabetes (un 28,5%), la insuficiencia renal (26,9%) y la insuficiencia cardiaca (el 26,1%).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de enero de 2007