El Congreso de Ecuador fue evacuado ayer, ante la presencia en sus inmediaciones de miles de manifestantes que exigían la convocatoria de una consulta popular para instaurar una Asamblea Constituyente. La policía empleó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. Movimientos sociales, campesinos, estudiantes, militantes de diferentes partidos de izquierda y simpatizantes del presidente, Rafael Correa, se apostaron en las afueras del Parlamento y montaron barricadas.
A pesar de la fuerte presencia de las fuerzas de seguridad, los diputados fueron evacuados precipitadamente del Parlamento poco antes del mediodía, tras suspender la sesión por falta de garantías. Precisamente ayer, los 60 legisladores que acudieron al palacio legislativo analizaban la viabilidad de la consulta popular que dará paso a la Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Carta Magna. Horas antes, el presidente parlamentario, Jorge Cevallos había manifestado su confianza en que "los ciudadanos respetarán la institucionalidad del Congreso". Tras la salida de los legisladores, un grupo de estudiantes logró entrar en el edificio, de donde fue expulsado minutos después por la policía.
El Gobierno ha caldeado estos días los ánimos de sus partidarios, llamándolos a las calles para presionar al Congreso, que trabaja para reformar la Constitución y así bloquear la consulta popular. El Gobierno ha anunciado, además, que continuará midiendo sus fuerzas con marchas nacionales.
"A partir de hoy entramos en un proceso de movilización, firme y contundente, hasta que el Congreso respete la voluntad de cambio de los ecuatorianos y viabilice el plebiscito, convocado para el 18 de marzo", proclamó César Rodríguez, dirigente de Alianza País, uno de los coordinadores de la protesta. Una mayoría opositora, con 70 de 100 diputados de partidos populistas y de derecha, ha cuestionado la constitucionalidad de la propuesta de Correa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de enero de 2007