El ministro francés de Sanidad, Xavier Bertrand, reveló ayer unas encuestas tan exactas y sorprendentes como las relativas a los fumadores pasivos: 20 millones de franceses duermen mal. ¿Es esa una explicación al proverbial malhumor de nuestros vecinos? En cualquier caso, Bertrand se lo toma en serio y anuncia estar dispuesto a gastarse seis millones del erario público para conseguir que sus conciudadanos se sientan más seguros y relajados en los brazos de Morfeo.
Algunas de las medidas son obvias -mejor insonorización de las salas de reposo de guarderías y parvularios-, mientras que otras son más innovadoras o sorprendentes, como la sugerencia de aclimatar la siesta más allá de los Pirineos. "No hay ningún tabú al respecto", dijo Bertrand al recomendar que las empresas acepten "experimentar" el derecho a 15 minutos de sueño en el puesto de trabajo. "Lo que no es normal es dormir mal", dijo el ministro contra la evidencia estadística que había revelado poco antes y que hace que lo normal o, cuando menos, lo habitual para un tercio de los franceses sea tener problemas de sueño. "Las repercusiones cotidianas son conocidas: accidentes de trabajo, mal rendimiento, accidentes de tráfico, absentismo, dificultad escolar...".
Tal y como acostumbra a suceder en ese tipo de situaciones, la mayor parte del dinero invertido en mejorar el sueño lo será en campañas de comunicación alertando sobre los peligros del mal dormir o del dormir poco. Obviamente, el efecto de la misma sobre el cansancio generado por el pluriempleo, por jornadas laborales excesivas o por el simple aburrimiento es discutible. Pero nadie podrá decir que no le habían advertido, sobre todo desde que en la web del ministerio -www.sante.gouv.fr- se puede consultar un "pasaporte para el sueño" que, además de parecer un título de novela negra, da las mejores recomendaciones para poder conciliar un sueño reparador.
[La Administración de Bangkok fomenta la siesta entre los funcionarios durante la jornada de trabajo, al comprobar que esa costumbre mejora su rendimiento laboral, informaba hace unos días Efe. Hacia el mediodía y por turnos, los funcionarios de la capital de Tailandia pueden echarse la siesta, que suele ser de unos 30 minutos, en un dormitorio especialmente habilitado del edificio público.]-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de febrero de 2007