Luis María C.M., un trabajador de 37 años de la empresa Freire Frío Industrial, falleció ayer tras sufrir el pasado día 22 un accidente laboral en un establecimiento hostelero de Barakaldo. El trabajador se encontraba realizando labores de apoyo en la reparación de un frigorífico cuando se produjo una explosión y una tapa, posiblemente mal soldada, le golpeó en la cabeza, según fuentes del Instituto Vasco de Salud y Seguridad Laboral, Osalan. Se trata del cuarto accidente laboral con resultado de muerte en lo que va de año. El pasado día 10 fue localizado el cuerpo sin vida de un trabajador en la empresa Asfaltados Olarra, en Sondika (Vizcaya), y el 16 falleció en Lezo Francisco Javier I.A., de 56 años. Su jersey se quedó atrapado en una máquina mandrinadora (similar a una perforadora) de más de 40 años y que no cumplía la normativa laboral, que le arrastró hasta causarle la muerte.
Said D. falleció una semana después, el pasado día 24, en el Hospital de Santiago de Vitoria como consecuencia de las heridas que había sufrido cuatro días antes al caer desde una altura de siete metros. En ese momento trabajaba en la cubierta de un pabellón en la capital alavesa. A día de ayer se desconocía su nacionalidad y también a qué empresa pertenecía o si era autónomo.
Se da la circunstancia de que, de estas cuatro muertes, las estadísticas oficiales podrían reflejar sólo dos, las de Sondika y Lezo. La que se produjo en Vitoria podría no aparecer por desconocerse qué tipo de trabajador era el fallecido -los autónomos, por lo general, no figuran en la estadística de Osalan- y el muerto ayer figurará como accidente grave, ya que ha fallecido más de tres días después del percance.
Explosión
Según Osalan el accidente de Barakaldo se produjo sobre las once de la mañana del día 22 en un establecimiento hostelero denominado Joma C7. La víctima era un peón especialista que realizaba labores de apoyo durante la reparación de un frigorífico. Al parecer, se produjo una explosión tras arreglar una fuga en el exterior de una pequeña cámara frigorífica que estaba situada en la cocina del bar.
La deflagración sobrevino cuando los operarios metieron nitrógeno en el circuito. Según Osalan, o bien un exceso de presión o una soldadura en mal estado provocó el accidente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de febrero de 2007