El presidente del grupo automovilístico coreano Hyundai, Chung Mong-Koo, fue condenado ayer a tres años de cárcel por un tribunal de Seúl, que lo declaró culpable de malversación de fondos y soborno a cargos públicos para afianzar el control de la compañía. Pese a que el fiscal había solicitado una condena de seis años, el juez consideró que "las contribuciones al desarrollo de la economía del país" del ejecutivo, de 68 años, le hacían merecedor de una pena menos dura.
La fiscalía acusaba a Mong-Koo de crear un fondo ilegal con 73 millones de euros y de causar un perjuicio a la empresa de 173 millones, por lo que ya fue detenido el pasado mes de abril y pasó dos meses en prisión preventiva. En la sentencia, el juez señala que los hechos "son claramente delictivos", y que este tipo de prácticas deben ser frenadas.
El segundo grupo industrial coreano anunció ayer al conocer la decisión del tribunal que su presidente seguiría en el cargo, y que éste apelaría la sentencia judicial.
La condena complica todavía más la situación de una empresa con problemas por sus enfrentamientos con los sindicatos, multas por competencia desleal y la debilidad del dólar.
Chung Mong-Koo lleva en libertad provisional desde el pasado junio. Es hijo del fundador del grupo Hyundai, compañía de la que tomó las riendas en 1999 tras mantener una disputa por el control con su hermano menor, Chung Mong-Hun, ya fallecido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de febrero de 2007