El Museo de Bellas Artes de Bilbao expondrá hasta el próximo 15 de abril la obra Paisaje oriental (1883), de Carlos de Haes (Bruselas, 1826-Madrid, 1898), una reelaboración de una vista de Egipto en la que se aprecia cierta nostalgia del Romanticismo con el que el pintor había roto para adentrase en el Naturalismo. La pintura ha sido cedida por el Museo Romántico de Madrid.
Paisaje oriental, un óleo de 1,9 por 1,3 metros, ha llegado al Museo de Bellas Artes de Bilbao dentro del programa La obra invitada, que desde hace seis años acerca piezas singulares de otros museos o colecciones, con el propósito de enriquecer la visión de autores presentes en la colección o de mostrar a artistas no representados. La presencia de la pintura (en el vestibulo del edificio antiguo) toma el relevo de una exposición de obra sobre papel de De Haes, perteneciente a los fondos del museo, que se clausuró la pasada semana.
El lienzo es un estudio de pintura orientalista que muestra un templo egipcio rodeado por palmeras y con diversos personajes ataviados con túnicas. De Haes, el impulsor de la pintura de paisaje realista en España y de la ruptura con el Romanticismo, muestra en Paisaje oriental un choque entre la renovación y la tradición, según señala la directora del Museo Romántico, Begoña Torres González.
"Aunque el paisaje está captado de una manera naturalista y en él abandona el colorido sombrío de su primera época a favor de una gran luminosidad y riqueza cromática, su temática y visión se halla todavía contaminada de cierta nostalgia romántica", explica. No se trata de un paisaje tomado del natural o realizado al aire libre, sino de una reelaboración construida en su estudio, que sugiere, más que la realidad, el misterio e incluso la nimiedad del ser humano frente a la naturaleza. Torres cree, sin embargo, que no es un paisaje imaginado, sino documentado a través de algún libro de viajes o de alguna fotografía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de febrero de 2007