Millones de británicos resultaron afectados ayer a causa de la fuerte nevada que provocó retrasos en aeropuertos, ferrocarriles y carreteras en todo Reino Unido. Mientras los estudiantes de cientos de centros escolares se encontraron con la sorpresa de un día libre, los viajeros sufrieron largas colas en los aeropuertos de Gatwick, Birmingham, Bristol, Cardiff, Luton y Stansted (el más afectado), que tuvieron que ser cerrados durante parte de la jornada porque los fuertes vientos racheados hacían peligroso el despegue o aterrizaje de los aviones. El de Heathrow (Londres) canceló 86 vuelos, aunque permaneció abierto, lo mismo que los aeropuertos de Glasgow, Edimburgo y Aberdeen.
La nevada en el centro y sur de Inglaterra coincidió con la hora punta de la mañana, y en Londres el metro resultó muy afectado, en particular las líneas Bakerloo, Jubilee y Metropolitan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de febrero de 2007