Puede que instintivamente un aumento de temperatura de dos o tres grados centígrados no parezca mucho. Puede. Y sin embargo, todo el mundo ha notado que 2006 ha sido especialmente cálido pese a que la temperatura sólo ha superado en 1,34 grados la media histórica en España. Esto ha dejado las hojas en los árboles durante muchas más semanas de lo normal, ha arruinado la temporada de esquí y ha mandado al garete algunas cosechas. También ha reducido los casos de gripe y el consumo de electricidad en invierno, así que tiene un lado bueno.
"Dos grados de subida de temperatura es mucho", explica el catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha José Manuel Moreno, que coordinó un gran estudio sobre el impacto del cambio climático en España encargado por el Ministerio de Medio Ambiente. Y si dos grados es mucho, que las máximas suban hasta siete grados en verano puede tener un impacto brutal. Todo un país, sus embalses, su turismo, sus infraestructuras, está condicionado por su clima.
El estudio del impacto del cambio climático preveía efectos desastrosos en la agricultura y el turismo, la desaparición de especies, la llegada de aves africanas, nuevas enfermedades y más incendios. La prueba del impacto del calor sobre la salud es que durante los meses de junio, julio y agosto de 2003, coincidiendo con la célebre ola de calor, se produjeron en España 12.963 muertes más que en el mismo periodo del año anterior.
Al reto del calentamiento se le une el de la velocidad del cambio climático. El cambio global tiene efectos negativos y positivos, pero conforme aumenta la velocidad predominan los negativos porque es más difícil adaptarse a esos cambios.
El estudio sobre el impacto del ministerio destaca el efecto sobre el turismo, que deberá cambiar a tener más turistas en temporadas de invierno y menos en verano. Las que lo tendrán complicado son muchas estaciones de esquí. El ministerio advierte de que gran parte de ellas tendrán que reconvertirse en "estaciones de montaña", ya que no es sostenible mantener la producción de nieve artificial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de febrero de 2007