La vida de cualquier empresario está llena de principios y finales. Ante esta evidencia, "lo que verdaderamente marca la diferencia entre unos y otros es la actitud que muestran al enfrentarse a los inevitables puntos de inflexión", afirman varios expertos en psicología laboral.
Para muchos empresarios, vender la propia compañía, por ejemplo, es un trago amargo, pero a veces necesario. El miedo, la inseguridad y muchas otras preocupaciones son las que más dificultan este tipo de transacciones. Así, "lo que sucede normalmente es que al no venderla en el momento oportuno la empresa va perdiendo su valor, con lo que al final no suele quedar otro remedio que malvenderla", según las conclusiones de un informe elaborado por los profesores del IESE, Josep Tàpies y Pedro Nueno. En estos casos el valor total puede caer hasta un 30%.
El miedo, la inseguridad y muchas otras preocupaciones suelen retrasar este tipo de transacciones, cuyo valor puede caer hasta un 30%
En 2006 se vendieron 700 empresas por más de cinco millones de euros cada una, según el grupo Closa (Merger & Acquisition Advisors), con más de 20 años de experiencia en la asesoría de este tipo de operaciones. Mientras que en los noventa se solía pagar mediante el intercambio de acciones, la tendencia ha cambiado por completo: ahora, en el 90% de los casos se abona la cantidad directamente en dinero.
En opinión de Tàpies, los motivos que llevan al empresario hasta este callejón con una única salida -la venta- suelen estar relacionados "con la falta de sucesión, con la ralentización crónica de su crecimiento, con el aumento de la competencia, así como con la puesta en marcha de nuevas leyes, que afectan directamente al desarrollo del negocio".
De hecho, "los empresarios se pueden hacer una pregunta que contribuye a salir de cualquier duda", añade Tàpies: "Si no fuera mi empresa, ¿invertiría en ella?". En caso negativo, "la planificación de la venta es imprescindible para obtener la mayor rentabilidad posible", sostiene.
Para llevar a cabo este tipo de operaciones, concluye, lo más aconsejable es buscar asesoramiento externo. "Al poner en competencia a diversos compradores internacionales, garantizamos que la oferta se mejorará, como mínimo, en un 20%", afirma Josep Maria Romances, presidente del grupo Closa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de febrero de 2007