El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en una de las escasísimas entrevistas que concede a un medio occidental, rechazó ayer en la cadena de televisión estadounidense ABC las acusaciones de Washington de que Teherán alienta la violencia en Irak suministrando armas a los milicianos chiíes radicales. Según Ahmadineyad, con esas acusaciones la Casa Blanca trata de esconder sus equivocaciones y derrotas en Irak echando a otros la culpa de sus propios fallos.
Ahmadineyad declaró que "no teme un ataque de Estados Unidos", que cree que hay "muy pocas probabilidades" de que se produzca, pero que si alguien quiere atacar Irán "será severamente castigado".
Pese a estas palabras, el presidente iraní se mostró conciliador e insistió en la voluntad de su Gobierno de "evitar" todo conflicto, motivo por el cual reiteró su llamamiento a la retirada de las tropas extranjeras de Irak.
"Nosotros nos oponemos a todo conflicto y a la presencia de fuerzas extranjeras en Irak. Por este motivo, estamos en contra de la presencia de estadounidenses. Les pedimos que se vayan del país", dijo Ahmadineyad para enfatizar: "Queremos evitar todo conflicto, todo derramamiento de sangre".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de febrero de 2007