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Urbanismo peligroso

Tres agresiones en menos de dos años. Aunque nadie puede identificar agresión con delitos urbanísticos, lo cierto es que los tres ediles del Bloque Nacionalista Galego que han sido agredidos en la comarca pontevedresa del Val Miñor habían denunciado, de un modo u otro, alguna irregularidad.

Manuel Pereiro ni siquiera era ya edil cuando fue agredido. Pero como miembro de la Comunidad de Montes le extrañó encontrar en la parroquia de Vincios un relleno en una zona protegida. Pereiro tuvo tiempo de llamar al Seprona y de encontrarse de frente con el dueño de la empresa que estaba intentando edificar allí, quien, asegura, le dio una paliza. "El hombre que me agredió el 9 de febrero de 2006 ha ido a declarar hace sólo tres días, y, además, asegura que me inventé la paliza".

Domingos Solla, concejal independiente por el BNG de Gondomar, a quien hace poco más de un año le quemaron dos coches y parte de su casa, no quiere mezclar el incidente con ningún tema urbanístico. Pide que se deje trabajar a la policía e insiste en que hasta ahora sólo ha tenido problemas y pocos apoyos.

Al nacionalista de Nigrán David Giráldez le quemaron su coche a las once de la noche del 19 de noviembre de 2005. "Es la policía la que debe investigar, yo sólo sé que los seis meses anteriores al incendio estuve muy volcado en un par de temas de infracciones sobre el territorio. Uno de ellos fue una tala ilegal en Monteferro, en suelo rústico protegido, que, como yo sospechaba, se recalificó cuatro meses después en el Plan General".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de febrero de 2007