Brindisi (en la imagen), Berlín, Roma, Niza, Madrid, La Habana, Lisboa, Riaza, Segovia, Úbeda..., forman la ruta de un paisaje pictórico a través de fachadas de edificios. Vistas en secuencia, parecerían que pertenecen a la misma ciudad, silenciosa, parada en el tiempo, pero cada una guarda un signo, un detalle de la actividad o de las personas que dan vida al edificio. Hablan los efectos de luz y color y los trazos que perfilan huellas y objetos.
"Son reflejos de mis sensaciones, de mi memoria, de lo que guardo dentro", dice la pintora Coro López-Izquierdo (Madrid, 1958), cuya obra más reciente se expone a partir de hoy en la galería madrileña Ansorena (Alcalá, 52. www.ansorena.com). La muestra la componen una treintena de óleos y 10 dibujos.
Son fruto de un trabajo gestado a lo largo de tres años, que plasman un "estilo intuitivo", asegura la autora.
López-Izquierdo llegó a la pintura desde la arquitectura, que enseña en la Escuela de Arquitectura Técnica de Madrid. Su trayectoria es larga, con exposiciones nacionales e internacionales desde los años ochenta. Tras la muestra madrileña, su pintura volará a París.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de febrero de 2007