Desde hace mucho tiempo, la AVT, que actúa como uno de los brazos del PP, ha traspasado la frontera de la protesta lógica y digna. También desde hace tiempo viene dando muestras de no demandar justicia, sino venganza, pero es ahora, con esta nueva convocatoria de manifestación contra una decisión judicial cuando su actitud es reconocible sin disimulo.
La línea divisoria entre justicia y venganza es una de las líneas que separan al Estado de derecho de otras formas de Estado no democráticas. Ésa es la línea que viene traspasando el Partido Popular de la mano de la Asociación de Víctimas del Terrorismo o viceversa.
Existe también una divisoria moral, que se refleja muy bien en los libros sagrados del judaísmo y del cristianismo: los primitivos respondían a los crímenes contra su clan mediante la venganza infinita, que los servidores de Dios corrigieron pronto imponiendo la ley del talión, una equitativa respuesta de ojo por ojo y diente por diente; Yahvé entregó a Moisés una rectificación para mejorar esa actitud concretada en diez normas morales, que representaron una guía ya muy humanizada; y Jesús de Nazaret revolucionó la moral proponiendo el perdón de las ofensas y el amor a los enemigos.
Reconozco que la última propuesta es muy radical, pero los Diez Mandamientos son más llevaderos. Por favor, no nos hagáis regresar a la venganza infinita. Eso al menos, ya que no sois capaces de aceptar la justicia, tan laica ella y tan democrática.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de febrero de 2007