Las autoridades británicas van a prohibir que las empresas de alimentación y bebidas puedan poner publicidad en horario infantil, algo que ya es una norma en los países escandinavos. A pesar de estar en desacuerdo con el excesivo intervensionismo/prohibicionismo de nuestro actual Gobierno, ésta sí sería una medida intervensionista que apoyaría. Tras trabajar en marketing y publicidad durante más de 10 años, soy perfectamente consciente del impacto que tiene la publicidad para convertir a nuestros pequeños en auténticas máquinas de consumir.
De hecho, yo iría aún más lejos que la prohibición que proponen los ingleses, y prohibiría toda publicidad en horario infantil sin más. Dada la falta de formación y criterio de los niños, son muy susceptibles a aceptar información sin contrastarla ni verificarla, incurriendo en actitudes no siempre buenas para ellos ni para sus familias. Y quizás esto nos obligaría a pasar más tiempo con los niños, algo que sería muy bueno para ellos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de febrero de 2007