Dos hombres que desobedecieron ayer el toque de queda impuesto por el Ejército israelí en la ciudad palestina de Nablus (Cisjordania) lo pagaron caro. Aunque iban desarmados, soldados israelíes mataron a Anan el Tibi, de 50 años, mientras caminaba en la ciudad vieja junto a su hijo. Recibió un disparo en el cuello, y su hijo en la pierna durante la segunda jornada de asalto a la ciudad, en la que los militares buscan a siete militantes. La vida de la localidad está paralizada. Al menos un colegio ha sido convertido en centro de interrogatorios y el Ejército vigila los hospitales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de febrero de 2007