En referencia a una carta del pasado 27 de febrero, Sobre el GAL de las Azores [firmada por John Law, portavoz de la embajada de EE UU], déjeme que le haga una reflexión: ¿por qué su Gobierno se niega dar acceso a la base de Guantánamo al Relator especial de Naciones Unidas sobre la independencia de los jueces y abogados, al Relator especial sobre la tortura y otras penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, a la Relatora especial sobre la libertad de religión o creencia, y al Relator especial sobre el derecho de toda persona a disfrutar del mejor estado de salud física y mental posible? El día que el Gobierno de EE UU sepa responder bien a esta pregunta y deje a un lado los dobles raseros sonarán las campanas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de febrero de 2007