Sirvan estas líneas para resaltar la justeza de las palabras de Hilari Raguer en su artículo del 23 de febrero, "Un canónigo republicano", dedicado a José Manuel Gallegos Rocafull. En efecto, el testimonio sobre su experiencia durante la Guerra Civil era imprescindible, si bien ya había sido publicado en la editorial mexicana Jus en 2005, a partir del texto mecanografiado de su archivo personal. Gallegos fue un andaluz más del exilio del que poco se ha hablado, si bien goza de una gran estima y consideración en México. Sí me gustaría aclarar que no fue diputado en la Constituyente de 1931, sino candidato por la provincia de Córdoba, pero no resultó elegido. En cuanto a su actividad durante la guerra, no se limitó a realizar declaraciones contra la sublevación militar, sino que participó de modo activo, junto a Ossorio y Gallardo y el padre Leocadio Lobo en conseguir que los católicos europeos apoyaran al Gobierno republicano. Fue autor, en aquellos años, de dos folletos: La carta colectiva de los obispos facciosos. Réplica (Ediciones Españolas. Madrid-Valencia, 1937), y otro en Londres el mismo año: Crusade or Class War? Murió en México en 1963, y dejó una obra extensa: libros, conferencias y multitud de artículos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de febrero de 2007