El presidente del Gobierno y el jefe de la oposición se enzarzaron ayer en la sesión de control a cuenta de la seguridad de las tropas españolas en Afganistán. Mariano Rajoy presionó para que José Luis Rodríguez Zapatero comparezca en un pleno extraordinario y explique por qué es "el único" que se niega a aumentar las tropas y señalar con claridad que lo que hay en el país asiático "es una guerra".
"Desde abril de 2006", explicó Zapatero, "hicimos un incremento importante de nuevos medios de unidades de protección" de las tropas. Zapatero, después de detallar todas las medidas para reforzar la seguridad, concluyó: "Por supuesto, si el Mando de Operaciones lo estima conveniente, seguiremos incrementando las medidas para reforzar la seguridad de nuestras tropas en Afganistán". Zapatero la definió como una "misión de lucha contra el terrorismo, de paz y de estabilidad".
El asunto de Afganistán provocó un mayúsculo enfado del coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, que reclama el regreso de las tropas. El Gobierno decidió que en vez de Zapatero le respondiera el ministro de Defensa, José Antonio Alonso. Llamazares retiró la pregunta y mostró su indignación: "Es un punto de inflexión en las relaciones políticas. Ya no existe la relación preferente".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de marzo de 2007