El Plan de la Junta de Andalucía para erradicar el uso ilegal de cebos envenenados ha propiciado, desde su creación en noviembre de 2004, la suspensión de la actividad cinegética en 23 cotos de caza. Uno de los pilares de este dispositivo es un equipo canino, integrado por 15 perros adiestrados para localizar distintos venenos, que acumula casi 230 inspecciones, de las que se derivaron unos 90 expedientes administrativos y una treintena de procesos judiciales.
Alguno de estos procesos se ha sustanciado en sentencias relevantes, como la de noviembre de 2005 que impuso una pena de catorce meses de prisión y la prohibición de cazar durante más de dos años a sendos ganaderos de Campillo de Arenas (Jaén) por usar cebos envenenados.
Además del equipo canino, el plan andaluz contra los cebos ilegales ha implantado protocolos de actuación para más de 1.000 agentes medioambientales y cuenta con un centro de análisis de venenos y de especies envenenadas. De las casi 230 inspecciones realizadas, 60 se concentraron en la provincia de Jaén, seguida de Sevilla y Granada, con algo más de 30 y de 20 inspecciones, respectivamente. Málaga sólo registró una decena de intervenciones. Jaén, con 42 y Córdoba, con 38, son las provincias en las que se han incoado más expedientes sancionadores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de marzo de 2007