El artista selló en 2003 una cueva prehistórica en el monte Aitzgorri, una intervención que le sirvió para plantear una reflexión sobre la herencia del romanticismo en la mitología nacionalista, y sobre la naturaleza y el arte en los espacios públicos. En la imagen, un momento de la excursión realizada al lugar antes de su cierre definitivo.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de marzo de 2007