La Marcha de los Disidentes en San Petersburgo, organizada por la oposición radical al régimen de Vladímir Putin, terminó con pequeños enfrentamientos con la policía y la detención de varias decenas de personas, entre las que se encontraba el enfant terrible de la literatura rusa y líder del Partido Nacional Bolchevique, Eduard Limónov. Unas 5.000 personas participaron en la manifestación, que fue calificada de "provocación" por la gobernadora de la ex capital imperial, Valentina Matviyenko. Veinte personas fueron detenidas durante los enfrentamientos y en los momentos previos a la marcha la policía detuvo a una treintena de nacionalbolcheviques.
La marcha había sido convocada por el movimiento La Otra Rusia, que une a fuerzas muy dispares, desde los ultraizquierdistas nacionalbolcheviques hasta la extrema derecha, y que impulsa la candidatura del ex primer ministro Mijaíl Kasiánov para las presidenciales de marzo de 2008. El ex campeón mundial de ajedrez Gari Kaspárov, que ha abandonado el deporte intelectual para dedicarse a la política y luchar contra el actual régimen, figuraba entre los que encabezaron la manifestación.
"Todos los que habéis venido hasta aquí habéis vencido al miedo. El miedo es el último pilar de este régimen", dijo Kaspárov dirigiéndose a los miles de personas que respondieron al llamamiento de La Otra Rusia. Las autoridades de San Petersburgo habían prohibido a los opositores marchar por las avenidas céntricas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de marzo de 2007