En la unidad de salud y prevención de riesgos laborales de la Ertzaintza aún se recuerda cuando se pidió a uno de sus miembros en 1992 los expedientes por bajas psicológicas. El bueno de Santiago Benito, toda una institución en esa unidad, se presentó con 12 expedientes. Años más tarde, cuando Benito ya había fallecido, uno de sus sustitutos daba cuenta ante su jefe de una petición similar. La carpeta había engordado: el número de expedientes superaba el centenar.
El año pasado acabó con 422 bajas por enfermedad mental. En términos de días perdidos por ese motivo se contabilizaron 33.556, el 21,6% del total de jornadas perdidas en la Ertzaintza (154.820). Son bajas prolongadas: el pasado año la media de días perdidos por patologías mentales -ansiedad y depresión- ascendió a 68 jornadas.
Con todo, el motivo más habitual para que un ertzaina coja una baja reside en el aparato locomotor, cuyas lesiones supusieron en 2006 un total de 1.111 bajas, con 40.240 jornadas perdidas y una media de 36 días. El año pasado, con una plantilla media de 7.300 agentes, el promedio de jornadas de absentismo en la Ertzaintza fue de 19,40 días.
¿Hasta qué punto la actividad de ETA puede incidir en el absentismo y en las bajas psicológicas? En la explicación del absentismo que se dio el pasado 23 de enero a los sindicatos, no se nombró en ningún momento la situación de alto el fuego permanente entre marzo y el 30 de diciembre. De hecho, en este aspecto Interior está ya casi en una realidad posterior a ETA. "Si mañana ETA desapareciera, yo diría que esa nueva realidad no supondría un elemento decisivo para rebajar los índices de absentismo en la Ertzaintza", apuntan fuentes de la unidad de prevención y salud laboral de Interior.
En 2006, el número de ertzainas atendidos por problemas de salud mental ascendió a 577, lejos ya de los niveles de 2004, con 785 agentes en tratamiento por enfermedades psicológicas. De esos 577, un total de 422 estaba de baja, frente a los 624 en igual situación por ese motivo en 2004. La colaboración con el hospital Aita Menni, con el que Interior cerró en 2002 un convenio para tratar a agentes con problemas mentales, y la concertación con servicios sanitarios externos posibilitan una "rápida detección de casos" y una "atención inmediata" para "acortar en lo posible los procesos terapéuticos", dice la consejería.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de marzo de 2007