Corrían los años 80 y gobernaba el PSOE. Entonces yo ejercía la docencia y recuerdo muy bien este tema que hoy genera ríos de tinta: "La religión en la escuela pública". Era un tema que a muchos nos crujía y nos hacíamos siempre la misma pregunta: ¿era laico el Estado, como decía la Constitución? Tuve que defender desde mi condición de docente y como madre la letra de esa Constitución que continuamente se vulneraba y en aras de una democracia a la que tanto se aludía y tan poco se cumplía. En el año 85 tuve que hablar con la directora del colegio público donde mi hijo de cinco años estudiaba y con la Constitución en la mano le pedí que no siguiera permitiendo la práctica habitual de algunos profesores que rezaban en clase antes de comenzar el día.
Pasados más de 20 años y gobernando de nuevo el PSOE se está cuestionando la sentencia que parece vulnerar la laicidad del Estado. ¡Pues claro que la vulnera!, ¿y hasta cuándo vamos a seguir así? ¿Será posible una educación libre y sin ataduras por encima de cualquier color político? Quizás sea la utopía que en un tiempo tuvo cerca este país; corrían los años 30, primera mitad del siglo pasado, los medios no eran muchos, pero las intenciones grandes. Era ese momento en que la educación se denominaba Instrucción Pública.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de marzo de 2007